Hace muchos años que empecé a imponer las manos a las plantas, a sentir la energía que manaba de ellas, pero fue tiempo después cuando comencé con mi propio crecimiento interior, cuando pude obtener una mayor sensibilidad y unos conocimientos más específicos.
En ese camino me formé como Maestro de Reiki Usui y Reiki Madre. Luego llegaron otras enseñanzas que fui tomando de forma autodidacta, muchas y muy diferentes, todas las exploraba, las comprendía y las ponía en practica, mi sensibilidad y la capacidad de ver cosas que no se «ven», fue creciendo. El conocimiento de las causas, de determinados traumas me hizo capacitarme para resolver dichos traumas.
Con el tiempo logré saber de auras, chakras, canales energéticos y cuerpos sutiles, además de ganar en conocimientos sobre equilibrio energético y egos. Más adelante alcance a comprender como lo «sútil» afecta a lo «concreto» y fueron apareciendo más causas de otros muchos traumas, cosas que tuve que acabar conociendo y resolviendo.
En el campo del crecimiento interior formé grupos de crecimiento, enseñé a alumnos y ayudé a familias en la medida en la que mis conocimientos les ayudaban a resolver su vida. Les facilitaba comprensión sobre la naturaleza de sus decisiones, sobre la naturaleza de su psique y el por qué ellos eran así y vivían lo que estaban viviendo.
La suma de todo lo anterior me llevó a comenzar mis tareas de «sanador», con una formación propia y autodidacta, en la que primero resolví mi salud y luego la de los demás. Desde ese punto me dedique a devolver el equilibrio a las personas que se allegaban a mi consulta. Bien fuera de una forma emocional o energética o resolviendo sus miedos o condicionantes psicológicos.
Me faculté para retirar trabajos de magia y para llegar más allá de mis propias posibilidades en cada momento y de ese modo, sigo atendiendo en mi consulta a todas aquellas personas que depositan su confianza en mi.